Proteger nuestras contraseñas es esencial para evitar que ciberdelincuentes accedan a nuestra información personal y financiera. Para crear contraseñas seguras, es recomendable que tengan al menos 12 caracteres y combinen letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Un buen ejemplo sería “M1g@t0n3gr0&2024”, que mezcla diferentes tipos de caracteres de forma difícil de adivinar. En cambio, usar contraseñas como “123456” o “password” es altamente riesgoso, ya que son fáciles de descifrar. También es importante evitar datos personales como nombres, fechas de nacimiento o palabras comunes. Un método útil es crear una frase clave como “MiPerroRexEsMiMejorAmigo_85!”, que es fácil de recordar pero difícil de hackear.
Además de crear contraseñas seguras, es fundamental gestionarlas correctamente. No reutilizar la misma clave en distintos servicios evita que, si una se filtra, todas las cuentas queden expuestas. Por ejemplo, si usas “MiClaveSegura2024” en tu correo y redes sociales, un hacker que la descifre podrá acceder a ambas cuentas. Para evitar esto, los gestores de contraseñas como LastPass o Dashlane pueden almacenar y generar claves únicas para cada sitio. También se recomienda activar la autenticación en dos pasos (2FA), que añade una capa de seguridad al requerir un código adicional enviado al teléfono o generado por una app como Google Authenticator. Con estas prácticas, nuestras cuentas estarán mucho más protegidas contra ataques.
Bibliografía:
- Dashlane. (s.f.). Los 10 mejores consejos y trucos para contraseñas a fin de protegerse. Recuperado de dashlane.com
- Keeper Security. (2024, 23 de julio). Prácticas buenas y recomendadas en materia de contraseñas. Recuperado de keepersecurity.com
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